Michael Haneke narra la vida como tragedia ineludible,
inexorable y cotidiana en esta galardonada cinta. Jean-Louis Trintignant, nunca
más el joven estudiante de Derecho encantado por Vittorio Gassman en Il
sorpasso (1962) ni el campeón de automovilismo enamorado de Anouk Aimée en Un homme et
une femme (1966), se convierte en el único apoyo y fortaleza de su mujer, una irreversiblemente frágil Emmanuelle
Riva, también lejísimos de Hiroshima mon amour (1959), entregada por la fatalidad de
la experiencia humana a la paciencia y devoción infinitas, incondicionales de
su marido. Ambos venerables actores brindan lo mejor de sí mismos, y
Trintignant será una revelación --aun impactante debido a la avanzada edad del
Conformista de Bertolucci-- para quienes ni siquiera hubieren advertido o
prestado atención a su presencia en el reparto. Haneke vuelve a contar, además,
con su “profesora de piano”, la siempre ajustada Isabelle
Huppert. Sobriedad enigmática, casi metafísica y nada melodramática que logra
descorrer el velo sobre lo que en verdad somos (el amor vivido, con los pies en la tierra, mediante).
sábado, 23 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario