miércoles, 24 de octubre de 2012

There's Something About Mary (1998)


Es casi un experimento volver a ver esta comedia tan de su tiempo después de tantos años. Como en su momento se podía haber predicho, lo que mejor ha sobrevivido o envejecido de esta pieza inmediatamente “clásica” es su sentimentalismo y su capacidad de identificar al espectador con las desgracias persistentes, a cual más ridículamente cruel, que le acaecen a un gratuitamente desafortunado Ben Stiller (excelente en una de sus más emblemáticas actuaciones). La bella Cameron Diaz es la Mary del título, una chica irresistible porque es/está buena como un pan/mango. Realización, dirección de actores, narración --aunque con casi 130 minutos es quizá un trabajo cómico demasiado largo--, todo confluye armónicamente en el resultado positivo de un humor cuya grosería sentó cátedra y que por suerte ha perdido cualquier impacto escatológico sin estropear su atinada ternura.

jueves, 11 de octubre de 2012

Werewolf of London (1935)

Henry Hull y Warner Oland

Antes de que el obtuso Lon Chaney Jr. se hiciera de un lugar privilegiado entre los monstruos de la Universal gracias a The Wolf Man (1941), el pionero Henry Hull había protagonizado esta inesperadamente efectiva, en algún sentido inclusive mejor versión del universo licantrópico, mero y oscuro antecedente que el espectador sabrá apreciar y reivindicar en su respectivo visionado devolviéndole u otorgándole una valoración que el prisma de los nuevos tiempos acaso posibilita. La historia de un científico que es atacado por cierta criatura de la noche durante una expedición en el exótico Tíbet no es la más original en su planteamiento argumental, pero la dirección ofrece una perspectiva realista --un poco al estilo de Stevenson en Dr. Jekyll & Mr. Hyde-- que, sumada a la sobria interpretación de Hull como el obseso y complicado ser humano que no desaparece completamente bajo un maquillaje confundido con talento histriónico, convierte a esta producción en uno de esos casos en que la nota al pie de página en la enciclopedia era más interesante, si cabe, que el texto principal.

martes, 2 de octubre de 2012

Dead Ringer (1964)


No confundir el singular de este título dirigido por Paul Henreid con alguna proximidad al thriller psicológico de David Cronenberg más allá del horror plural: si Dead Ringers (1988) era Jeremy Irons escribiendo en carne viva su propia persona cinematográfica escindida, la reina de las actrices se hallaba de vuelta, reinventando un juego de espejos que vislumbra radicalmente lo soñado por Brian De Palma en Sisters (1973). Bette Davis es, además, acaso la Brando femenina, y un Karl Malden idéntico a sí mismo se encuentra en el rol preciso, para dar la réplica metódica a esta combinación de Blanche y Stella sublimada por un estilo tan visceral en su academicismo cual el de su compañero de póquer en las noches cavernícolas de Tennessee Williams. Sin embargo, es Peter Lawford quien co-protagoniza los más propios e intensos segundos de ebullición granguiñolesca de este intrigante, aunque finalmente demasiado monótono, plúmbeo, vehículo de lucimiento orquestado con elegancia por André Previn.