jueves, 16 de octubre de 2014

L’Enfant d’en haut (2012)

Kacey Mottet Klein y Gillian Anderson

En esta película estructurada como una ficción pero con la voluntad de un documental, se trasluce la desoladora realidad de cierta infancia en el mundo contemporáneo. Léa Seydoux, especialmente, y Gillian Anderson, pero también los demás adultos de la historia, tienen a su cargo roles finalmente (de pronto, inmediatamente) antipáticos, por decir lo menos; no es que la realización sea de algún modo misógina, pero quizá es inevitable que lo termine siendo al explorar la vida de un niño sin madre --en cualquier sentido de la frase: una vida a la intemperie donde la infancia es una etapa que debe brincarse por encima u obviarse para transformarte en un pequeño adulto entre adultos que pueden aplastarte literalmente porque robaste para conseguir un trozo de pan o un rollo de papel higiénico. El protagonista, interpretado por Kacey Mottet Klein en más que convincente desempeño, es todo un Oliver Twist de este siglo. La dirección de Ursula Meier es, aparte de la humanidad real que transpiran sus personajes (hasta los extras), minimalista y efectivamente metafórica en la desnudez de sus imágenes nevadas como interminables páramos de gelidez existencial. 4/5

martes, 14 de octubre de 2014

The Rover (2014)


Tres asesinos se llevan el automóvil de un enigmático vagabundo (Guy Pearce) cuando deciden regresar a la escena del crimen por el moribundo hermano de uno de ellos (Robert Pattinson). Entonces se inicia una persecución sin tregua, con el único aparente objetivo de recuperar el a simple vista ordinario vehículo, a través de la cual la narración nos permitirá vislumbrar la renuente interioridad y las ininteligibles motivaciones de su curtido antihéroe. Alabada por Quentin Tarantino y saludada como una vuelta en plena forma del protagonista de Memento (2000) y L.A. Confidential (1997) --en otra ideal aparición estelar, de (re)concentrado poder--, esta lacónica y tensa, minimalista cinta, ambientada en una Australia post-apocalíptica a la Mad Max, cuenta además con una fotografía crispada que capta tanto la geología de los paisajes desérticos como la de los rostros humanos, y la convincente, vulnerable actuación de Pattinson, lejos aun del glamour intelectual de sus reveladoras (para el público desapercibido) colaboraciones con David Cronenberg. 4/5