jueves, 14 de febrero de 2013

Diamonds Are Forever (1971)


El 007 investiga un contrabando de diamantes que es mucho más que eso, no sin antes cargarse --también en apariencia-- a Ernst Stavro Blofeld, el asesino de su esposa. Después de ser remplazado durante 140 minutos por George Lazenby, un Sean Connery para siempre James Bond --y al revés--, pero mortalmente harto del personaje, vuelve en su última peripecia oficial. Lástima que la cinta dirigida por Guy Hamilton resulte morosa y floja, no obstante alguna que otra escena y las confiables chicas Bond, muy en particular una exquisita Lana Wood como la demasiado brevemente apreciada Plenty O’Toole.


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