Manuel
Gutiérrez Aragón propone una relectura de los fantasmas de la Guerra Civil
Española que, sin lograr la poesía de cintas contemporáneas como El espíritu de
la colmena (1973) o Cría cuervos… (1975), ni mucho menos, alcanza ciertos momentos de lirismo
innegable y profunda e insólita humanidad. La siempre hermosa Ángela Molina, en
su eterna juventud de musa buñueliana, es la hermana de un ex guerrillero (excelente
Norman Briski) que, en una azarosa jornada reminiscente
del Corazón de las tinieblas conradiano adaptado también a la guerra por
Coppola, busca al recóndito, virtualmente mítico líder que muere en vida
internado en la montaña peinada por los falangistas. Entre el realismo tenue
pero crudo y el onirismo frecuente aunque incierto, Gutiérrez Aragón traza una
delicada sinfonía de silencios prolongados y continuos, en la cual tantos
primeros planos de manos --pequeñas, grandes, compasivas, gélidas, tenaces,
dolientes-- parecen comunicar las sombras vivas, los movimientos frustrados y los
reflejos de un mundo sin mayor voluntad que la de la muerte. 3.5/5
lunes, 24 de noviembre de 2014
El corazón del bosque (1979)
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