sábado, 24 de agosto de 2013

Sade según Pasolini: Salò o le 120 giornate di Sodoma (1975)


El testamento fílmico del poeta y novelista Pier Paolo Pasolini (1922-1975), uno de los artistas más únicos e interesantes del siglo pasado, es un irónico monumento al potencial de sadismo humano y escatología teológica y/o secular ya explorados (con irrepetible fidelidad exclusiva y filial al espíritu sadiano) en la espectacular síntesis de los últimos cinco minutos del verdadero debut de Buñuel, padre del Surrealismo cinematográfico, aquella subversiva L'âge d'or (1930) cuya bomba postrera y terminante también se basó en Les 120 journées de Sodome, aquel exhaustivo documento de la perversión y sus abismos firmado por el Marqués de Sade. En Pasolini, radical y homosexual, el libertinaje se torna fascismo, y la escatología pasa previsiblemente a un primerísimo plano, perdiendo no obstante cualquier connotación religiosa (esto es, como la religión era entendida por Sade y Buñuel) y revolviendo las tripas del espectador con una incomodidad mortal que el lector que haya visto los resultados en pantalla muy comprensiblemente podría no querer nunca más experimentar.

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