La ilustración de un muchacho arrinconado por dos policías en la azotea de un edificio para la publicidad de la pionera cinta de Nick Ray acerca de la delincuencia juvenil, nos recuerda que fue John Derek quien dijo lo de "Live fast, die young, and leave a good-looking corpse" y no Jimmy Dean. Un pensativo Bogie añade un adecuado toque noir y nos recuerda a su vez que Ray lamentó que Los olvidados hubiera aparecido sólo meses después, el tiempo suficiente para no tener influencia alguna en Knock on Any Door. No obstante, esta cinta del realizador de Rebel Without a Cause es importante por muchas razones. Verdadera declaración de principios éticos y estéticos, su trascendencia es tal que Les quatre cents coups --y tal vez toda la Nouvelle Vague-- sería inconcebible sin su existencia.
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