jueves, 28 de junio de 2012

Superman III (1983)


El tiempo también vuela. Richard Pryor era el rey de la comedia cuando los productores de la saga, pronto de capa caída, lo emplearon como un desempleado irremediable que, en su desesperación, se encuentra a sí mismo detrás de una computadora capaz de eliminar al encapotado de Kripton. Christopher Reeve era imprescindible, cómo no, pero su rango actoral a lo largo de la década seguiría ampliándose con trabajos tan sobresalientes como su valiente rol en la formidable Deathtrap (1982) y su colaboración con Morgan Freeman en la elogiada Street Smart (1987). Esta aventura con pedigrí dirigida mediocremente por Richard Lester --sobre un mediocre guión de David y Leslie Newman, seamos justos-- se salva en el último minuto de permanecer relegada en el baúl del olvido gracias, precisamente, a ambos intérpretes. Los coreográficos y pedestres títulos de crédito, cuya frustrante realización laxa, cuasi altmanesca (con perdón del maestro Altman) se extiende al resto del film, confirman muy temprano que lo mejor ya pasó pero que hay que continuar hasta que al propio superhéroe se le ocurra la idea del cuarto episodio --algo que en realidad ocurrió.

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